Teoría de Clayton Christensen: “Innovación disruptiva”
“Un Emprendedor es aquel que logra cambiar su entorno generando un cambio positivo en el bienestar de las personas, sin importar los recursos que tenga.”
–Enrique Díaz.
Estamos en los umbrales del Año 2000. La Globalización ha sentado sus reales en todo el mundo, y las Empresas y las Naciones enfrentan la tarea urgentísima de sobrevivir y lograr desarrollo para todos.
No es tarea fácil.
Para las empresas, la competencia se vuelve cada vez más exigente, y la necesidad de Innovación de Productos, Procesos y Formas de Comercialización es una demanda cada vez más y más apremiante.
Llega un punto en el que los productos han sido objeto de tanta innovación, que poco a poco van quedándose en el mercado como productos que sólo aquellos consumidores que están dispuestos o que tienen el potencial económico para pagar los sobreprecios que implica el proceso los compran.
¿Y el resto de los consumidores?…
¿Y las empresas, deben seguir innovando su producto aunque poco a poco este se aleje de algunos núcleos de consumidores?…
¿Y de verdad, ya no hay nada nuevo que descubrir?…
Clayton Christensen, profesor de la universidad de Harvard, plantea una salida a estas interrogantes.
Su aportación es el concepto de Innovación disruptiva.
¡Pero no hay que dejarse desviar por el término!
Disruptivo, según la definición, es “lo que produce la interrupción súbita de algo”.
Y desde ahí, muchos han creído erróneamente que la Innovación disruptiva será aquella que “súbita, sorpresivamente” aparecerá en el mercado y desplazará a lo ya existente gracias a que usa tecnologías y procesos nunca antes vistos…
Nada más lejos de la realidad.
Christensen explica su concepto haciendo que nos fijemos en los problemas que describíamos unos párrafos atrás: en el proceso de Desarrollo innovador, llega un momento en que los productos ya son tan avanzados que algunos sectores de consumidores ya no pueden adquirirlos, quedando estos grupos como nichos de oportunidad para que empresas menores, con menos recursos, sin tanta tecnología, ni presencia vayan atendiendo sus necesidades, ganado poco a poco terreno dentro del segmento o sector de que se trate.
El problema es que las empresas líderes, a pesar de realizar correctamente toda la estrategia para permanecer, suelen olvidar que todo cambia permanentemente. Ese es el meollo del dilema del Innovador de que habla Christensen, “hacer las cosas bien puede llevar al fracaso”.
Y la estrategia de la Innovación disruptiva es ir poco a poco ganando sectores de mercado con tecnologías menos sofisticadas, con productos de menor costo e incluso con menos beneficios. Estos productos, a la larga, al aumentar su aceptación, van a producir un desplazamiento de los líderes, que por mantener lo más pierden lo menos: cuando esta pérdida se masifica, el desplazamiento es inevitable, y la empresa líder ve cómo su éxito se esfuma.
¿Qué pasó?
Volviendo a la mala interpretación del término Innovación disruptiva, se ha llegado a la creencia de que solo son innovaciones las que implican cambios totales y radicales del producto o servicio, menospreciando aquellas que van introduciendo poco a poco cambios menores.
Christensen valora en más las segundas, que ingresan a los mercados con propuestas más básicas, que pueden atender los sectores rezagados (como ya lo expliqué) o que pueden atender nuevos sectores, los cuales no eran tomados en cuenta por las grandes empresas debido a su poco potencial de desarrollo o a su poco nivel de consumo.
Cuando las nuevas o pequeñas empresas logran abarcar tales sectores, ¡estamos viendo la disrupción en plena acción!
¿Qué hacer entonces?
Para las Empresas líderes, ya perfectamente establecidas, hay dos caminos: responder “lógicamente”, mejorando e innovando más sus propios productos (lo cual, como ya establecimos, puede llevarlos al fracaso completo), o competir con los disruptores creando a su vez “pequeñas” empresas dentro de su Organigrama que lleven a cabo la labor de atender los sectores que corren el riesgo de perder, que oferten los productos “menores” y con “menos plus” que se adapten a las necesidades de los consumidores que están en riesgo o que no se han atendido.
En cambio, las empresas disruptoras deben estar alertas y preparadas para reconocer cuáles son los sectores de consumidores “desdeñados” o “no atendidos” por los grandes, y crear innovación y estrategias que, sin ocuparles mayores recursos o sofisticación tecnológica, les permitan ir apoderándose poco a poco de esos “ninguneados”, abarcando poco a poco los segmentos de mercado tanto como para finalmente llamar la atención de todos, lo cual finalmente las hará desplazar a quienes no supieron responder a los cambios que inevitablemente, siempre llegarán.
OTROS BLOGS SÚPER INTERESANTES
MANUFACTURA LEAN: LSO 10 MANDAMIENTOS
LA INNOVACIÓN TRADICIONAL:»ASÍ SE HACÍAN ANTES LAS COSAS»
KINDER: LA DULCE SORPRESA DE LA DIFERENCIACIÓN
PROGRAMAS EMPRESARIALES PODEROSOS
CURSO DE INNOVACIÓN Y DIFERENCIACIÓN
LOS LIBROS PREFERIDOS
LIBROS DE LEAN MANUFACTURING: EL gran libro de los proceso esbeltos
LIBROS DE MANUFACTURA ESBELTA: EL Prodigio
LIBROS DE ESTRATÉGIA: Estratégia Disruptiva
LIBROS DE INNOVACIÓN: Innovación SNAP
LIBROS DE ÉXITO: Vitaminas para el éxito