TEORÍA DE MICHAEL E. PORTER III: “EL ESTADO TAMBIÉN PARTICIPA”

By guskoi2009 7 años ago
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El Estado también participa

Teoría de Michael E. Porter III: “El Estado también participa”

“El Estado debe ser sólo un mecanismo de urgencia, no una niñera.”

Nassim Taleb.

Finalmente, con Porter abordemos el eterno dilema: ¿el Estado debe intervenir en el proceso controlando sectores y procesos de la producción, o debe permitir que “la mano invisible” del mercado regule sus equilibrios y desequilibrios? Discusión de siglos… Ambas posiciones son incorrectas.

Aplicar una u otra llevará a la pérdida de la competitividad de un país, y al freno de toda iniciativa innovadora.

Los que piensan que el Estado debe ayudar con recursos a las empresas no captan que a la larga, esas ayudas crearán la demanda de más ayudas: tarde o temprano las empresas tropezarán con retos al competir, requerirán más inversión en I+D, y difícilmente encontrarán en sus propios recursos los necesarios para innovar y sobrevivir.

Los partidarios del “dejar pasar, dejar hacer” olvidan que es precisamente el Estado el encargado de crear contexto y condiciones de entorno que hagan posible la existencia misma de las empresas. Sin contexto y entorno adecuados, es imposible que las empresas sean estimuladas a lograr mayor competitividad y a innovar.

 

¿Qué debe hacer entonces el Estado?

Ser Catalizador y Estimulador.

No participar directamente en el proceso, ya que su verdadera misión es “…alentar     -incluso empujar- a las empresas a que eleven sus aspiraciones y pasen a niveles más altos de competitividad, aun cuando este proceso sea intrínsecamente desagradable y difícil. … Es un papel indirecto, no directo.”[1]

Las mayores dificultades de la intervención del Estado cuando promueve las innovaciones son los tiempos: los gobiernos tienen tiempos establecidos para aplicar sus políticas, y estos tiempos son menores a los de los procesos de Innovación, siempre más amplios.

Aquí es donde la mayoría de los gobiernos se equivocan: sus políticas se constriñen al corto plazo.    

Para Porter, entonces, el Estado debe centrarse en aspectos como los siguientes:

Creación de Sectores Especializados. Relacionados con la Educación. Sin dejar de lado la obligación de atender los sectores generales, el Estado debe poner énfasis en sectores educativos “avanzados, especializados, y… ligados a sectores o grupos de sectores específicos.”[2]

No intervenir en los mercados de Factores y de Dinero. Se debe evitar la gran tentación gobernante, intervenir directamente en estas áreas para reducir costos y forzar un tipo de cambio favorable, “y con ello ayudar a las empresas a competir más eficazmente en los mercados internacionales”[3].

Estas acciones siempre han sido negativas, y ha alejado a las empresas de la mejora y la Innovación. El Estado debe resistir la tentación y permitir que las condiciones adversas hagan surgir el esfuerzo de las empresas por lograr la competitividad… por mera supervivencia.

Imponer estrictas Normas sobre los Productos, la Seguridad y el Medio Ambiente. Normas rigurosas y estrictas, relativas a la Calidad de los productos, la Seguridad de los procesos y el cuidado del Medio Ambiente obligan a las empresas a innovar, a usar mejor tecnología: así responden mejor a las exigencias de consumidores y del medio social demandantes; igualmente, así las empresas producirán innovaciones que darán productos altamente competitivos en cualquier entorno de mercado, local o internacional.

Limitar claramente la Cooperación directa entre Sectores rivales. Aunque la investigación cooperativa es lo de hoy, rara vez las empresas y gobiernos ponen todos sus esfuerzos en dichos esfuerzos. Más bien, parece que quienes participan de ellos lo hacen sólo para estar enterados de hacia dónde van las tendencias o los intereses de los rivales, sin involucrar directamente aspectos que les dan ventajas competitivas.

Promover Objetivos que originen una inversión continua. El Estado debe actuar directamente en la conformación de los objetivos de inversores, administradores y empleados. Debe alentar a una inversión continua en “destrezas humanas… innovación y activos físicos”[4].

Liberalizar la competencia. Olvidar monopolios estatales, controles de entrada a los sectores, fijar los precios. Cuando el Estado aplica estas medidas, inhibe la competitividad, y a las empresas no les importa innovar… sólo les interesa tener “buenas relaciones” con el gobierno en turno.

Adoptar una decidida Política Interior Antimonopolista. Aunque las fusiones están de moda por la necesidad de competir en el extranjero y la creación de campeones nacionales, los monopolios reducen las ventajas competitivas. El Estado debe rechazarlas, tanto nacionales como extranjeras. Aun así, se debe aceptar la absorción de pequeñas empresas cuando este movimiento transfiera destrezas que incrementen competitividad.

[1] PORTER, Michael E. “The competitive advantage of nations”, Harvard Business Review, marzo –abril de 1990 (Harvard-Deusto Business Review, 4o. trimester de 1990).

[2] Ídem.

[3] Ibídem.

[4] Ibídem.

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